Cuentos
para los hombres que son todavía niños - Teresa Wilm Mont
Venid
acá, hermanos. Sentaos a mi alrededor,
quietecitos
como criaturas de pocos años, y
cerrando
los ojos, así, suavemente, oídme
que
voy a contaros un cuento.
Quiero
refrescar vuestros corazones escépticos,
cargados
de tiempo, tocándolos
con
la varita mágica de la Fantasía.
Abriré
para vosotros la puerta de su templo.
El
pórtico es sagrado.
Debéis
atravesarlo llenos de unción y de fe.
T.
de la †
No hay comentarios:
Publicar un comentario