Diario
de un desgraciado (25.05.2020)
—Mi padre era imbécil. Trabajaba en un banco y lo atraparon robando bolígrafos.
—Cuando
nací, el doctor fue a la sala de espera y le dijo a mi padre: "hicimos lo
que pudimos... pero salió".
—Mi
madre nunca me dio el pecho porque decía que sólo me quería como amigo.
—Mi
padre lleva en la cartera la foto del niño que ya venía en la cartera.
—Pronto
me di cuenta de que mis padres me odiaban: mis juguetes para la bañera eran una
tostadora y una radio.
—Una
vez me perdí. Le pregunté al policía si creía que íbamos a encontrar a mis
padres. Me contestó: "no lo sé, chaval......hay muchos sitios donde se
pueden esconder".
—El
último deseo de mi padre moribundo fue que me sentara en su regazo. Estaba en
la silla eléctrica.
—Trabajé
en una tienda de animales. La gente no paraba de preguntarme cuanto iba a
crecer.
—Cuando
me secuestraron, los secuestradores mandaron a mi padre un trozo de mi dedo. Mi
padre dijo que quería más pruebas.
—Una
vez me encontré a las autoridades sanitarias. Me ofrecieron un cigarrillo.
—Un
día me llamó una chica a casa diciéndome: "ven a casa, no hay nadie".
Cuando llegué a su casa no había nadie.
—A
mi mujer le gusta hablar conmigo después del sexo. El otro día me llamó a casa
desde un hotel.
—Una
vez ingerí un frasco entero de tranquilizantes. El doctor me dijo: "tómese
una copa y acuéstese un poco".
—El
psiquiatra me dijo que me estaba volviendo loco. Yo le dije que quería una
segunda opinión. "De acuerdo, también es usted feo".
—Una
vez me iba a suicidar tirándome desde un décimo piso. Mandaron un cura para
ayudarme. Sus palabras de ánimo fueron: "preparados, listos…".
—El
talón de Aquiles tenía fondos?
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