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jueves, 7 de mayo de 2020

Biografía de Horacio Quiroga (07.05.2020)

Biografía de Horacio Quiroga (07.05.2020)
Revista Forro abril 2009
“Tengo mi derecho a resistirme a escribir más. Si en dicha cantidad de
páginas no dije lo que quería, no es tiempo ya de decirlo”

Para aquellos que conocen la obra y vida de Horacio Quiroga esta biografía solo será un repaso sobre los hechos y las fechas importantes en su vida y en su obra. Para quienes no están al tanto del hombre y sus textos, será una buena forma de conocerlo. Pero para todos debe ser una muestra de la tenacidad y la constancia en la obra, en todo momento y a pesar de la tragedia.

Horacio Silvestre Quiroga Forteza nació en Salto, Uruguay, el 31 de diciembre de 1978.

Hijo del vicecónsul argentino en Salto y de la uruguaya Pastora Forteza. Por parte de su padre descendía del caudillo riojano Facundo Quiroga.

En la introducción mencionamos a la tragedia como una constante en su vida y desde, el inicio mismo de su existencia estuvo presente. Desde los brazos de su madre contempló cómo su padre, producto de un disparo accidental proveniente de su propia escopeta, moría al intentar bajar de una embarcación.

Pero también nos referimos al compromiso en su labor. Y amplios eran sus intereses en diversas disciplinas como la literatura, la química, la fotografía, la mecánica, el ciclismo y la vida de campo.

A los 22 años realizó sus primerias incursiones en la poesía, leyendo también a Lugones y Poe. Luego los convertiría en sus mentores e influencias al momento de escribir. Con Lugones llegaría incluso a trabar una fuerte amistad. Poe se deja entrever tras las letras que componen sus relatos de horror.

Tras una breve estancia en París, llevada a cabo gracias a la herencia de su padre, reúne a sus amigos Federico Ferrando, Alberto Brignole, Julio Jaureche, Fernández Saldaña, José Hasda y Asdrúbal Delgado, y juntos fundan el “Consistorio del Gay Saber”. Una especie de laboratorio literario experimental, en busca de nuevas formas de expresión con objetivos modernistas.

En analogía a su vida, la publicación de su primer libro, Los arrecifes de coral, poesía, 1901, dedicado a Lugonesse vio teñida por las muertes de dos de sus hermanos, Prudencio y Pastora, a causa de la fiebre tifoidea en la provincia de Chaco. Por añadidura, su amigo Federico Ferrando, tras recibir del periodista montevideano Germán Papini Zas, lo que consideró una crítica ofensiva, comunicó a Quiroga que deseaba batirse a duelo con él. Quiroga, velando por la seguridad de su amigo, revisa y limpia el revólver que va a ser utilizado en la disputa. Inesperadamente, mientras manipula el arma, una bala es disparada e impacta en la boca de Federico, matándolo en el acto. Se imaginan la situación. Quiroga fue detenido, sometido a interrogatorio y luego fue llevado a una cárcel correccional. El escritor fue liberado tras una breve investigación.

Claro que llevar a cuestas la muerte de una persona querida no es sencilla, por lo tanto, Quiroga disuelve Consistorio y deja el Uruguay y así cruza el río y arriba a la Argentina.

Durante el carnaval de 1889, el joven poeta conoció a su primer amor, una niña llamada María Esther Jurkovski, que inspiraría dos de sus obras más importantes: Las sacrificadas (1920) y Una estación de amor.

Es el año 1903 y Quiroga se desempeña como profesor de Castellano en el Colegio Británico de Buenos Aires.

El mismo año decide acompañar a Lugones en una expedición a Misiones, desempeñándose como fotógrafo: seis meses después compra con el resto de la herencia campos algodoneros en el Chaco. Un fracaso rotundo.

Al regresar y en el transcurso de un año, se vuelca a la escritura de relatos cortos y publica así el libro de relatos El crimen de otro. De ahí surge el maravilloso y tétrico El almohadón de plumas, que publicara la revistas Caras y Caretas.

Por aquel entonces, el gobierno facilitaba subvenciones para la exploración de las tierras en el norte del país. Se decide a regresar a la selva.

Dicta clases y de paso se enamora de una de sus alumnas, Ana María Cires. Aquí surge su novela Historia de un amor turbio. Luego de luchar con los padres de la adolescente logra casarse y llevarla a Misiones.

En 1911, nace su primera hija, Eglé Quiroga, en su casa de la selva.

Es un dato curioso, y cómico, que por aquel entonces lo nombraron Juez de Paz en el Registro Civil de San Ignacio. Y es, por lo menos, un dato simpático pues era olvidadizo, desorganizado y descuidado. Tenía la costumbre de anotar las muertes, casamientos y nacimientos en papelitos que “organizaba cuidadosamente” en una lata de galletas.

Su personalidad estaba marcada por rasgos particulares; así lo demuestra el nacimiento de su segundo hijo en 1912, que desde pequeño fue criado, junto a su hermana, por el mismo Quiroga. Le parecía que exponerlos a situaciones de peligro real era una buena forma de que aprendieran de primera mano a poder resolver cualquier tipo de situación. Llegando así a dejarlos solos en medio de la noche o tal vez sentarlos en un precipicio dejando que sus piernas cuelguen en el vacío. Vivian de la caza y la pesca, la cría de ganado y también la domesticación de animales salvajes. Pero como siempre, el norte de su brújula marcaba la literatura.

Pero para la esposa, la vida en la selva distaba del placer, apenas era llevadera. Y así lo expresaba y le solicitaba a Quiroga que regresaran a Buenos Aires. Por supuesto, el escritor se negaba constantemente.

Sumida en la depresión, Ana María ingiere veneno y, en 1915, luego de una violenta pelea con el escritor, sufrió una espantosa agonía de ocho días, muriendo entre horribles sufrimientos y dejando a Quiroga y a sus hijos en una obscura situación. Curiosamente, tras la muerte de su esposa, decide regresar a Buenos Aires.

En 1917 trabaja en una serie de cuentos que, sucesivamente, son publicados en revistas de la época y luego publicados en compilaciones entre las cuales se encuentra Cuentos de amor de locura y de muerte (sic, título sin coma, 1917).

El año siguiente aparece la colección de relatos infantiles, Cuentos de la selva, cuyos protagonistas son animales y están ambientados en la selva misionera. Quiroga dedica este libro a sus hijos que lo acompañan en este duro periodo.

Nuevamente aparece una muestra de su tenacidad, cercana a la obsesión. Compra una motocicleta y, enamorado de una joven que vivía en la ciudad de Rosario, comenzó sus viajes para verla, lo que implica un viaje redondo de 460 kilómetros. Se acostumbró a realizar este viaje diariamente.

Enamorado nuevamente, esta vez de Ana María Palacio de 17 años, falló en el intento de convencer a los padres para que juntos puedan irse a vivir a la selva. Este fracaso amoroso inspiró su segunda novela, Pasado amor, publicada en 1929.

De manera autobiográfica en la novela aparecen los intentos que hizo Quiroga para acercarse a la jovencita, arrojando mensajes por la ventana dentro de una rama ahuecada, enviándole cartas escritas en clave e intentando cavar un largo túnel hasta su habitación para secuestrarla.

Por supuesto los padres, hartos de Quiroga, deciden llevarse lejos a Ana María terminando así con el amor.

En 1927, Horacio había decidido criar y domesticar animales salvajes.

En ese mismo año hace su aparición un nuevo libro de cuentos, Los desterrados. También fija los ojos en la que sería su último y definitivo amor: María Elena Bravo, una compañera de escuela de su hija Eglé, que tras los reclamos se casó con él el mismo año. Aún no había cumplido 20 años.

1932 es el año en que Quiroga se radica por última vez en Misiones, su retiro definitivo, con su esposa y su tercera hija (María Elena, llamada “Pitoca”, que había nacido en 1928). Tres años después, una prostatitis u otra enfermedad prostática, le generan grandes molestias. Quiroga en conflicto permanente, es abandonado por su esposa e hija, dejándolo solo y enfermo en la selva.

La enfermedad prostática se hizo insoportable y el escritor regresa a Buenos Aires en busca de alivio a sus padecimientos.

En el principio de 1937, un grave cáncer en estado avanzado, intratable e inoperable, es descubierto tras una cirugía exploratoria.

En la tarde del 18 de febrero, los médicos le explican al literato la gravedad de su estado. Por la noche, Quiroga pide un permiso para salir del hospital.

Tras un largo paseo por la ciudad, regresó al hospital a las 23.

Internado en el Hospital de Clínicas, se entera de que en los sótanos se encontraba encerrado un monstruo… un paciente con horrendas deformidades.

El escritor exigió y logró que el paciente fuera liberado y trasladado a la misma habitación donde estaba internado él. Como era de esperar Batistessa, el hombre que sufría elefantiasis, se hizo amigo y le rindió adoración eterna e idéntico agradecimiento.

Por su sufrimiento y por aquellos que vendrían, consciente del fin de su vida, Horacio Quiroga confió a Batistessa su decisión: antes que el cáncer y él abreviaría su dolor. Su amigo se comprometió a ayudarlo.

En la madrugada del 19 de febrero de 1937, en presencia de su amigo, bebió un vaso de cianuro que lo mató pocos minutos después entre terribles dolores.

Por ser fundador y haberse desempeñado como vicepresidente de la Casa del Teatro de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), allí fue velado su cuerpo.

Finalmente fue repatriado a su país natal. Un hombre complejo, pero siempre un ejemplo de tenacidad en la labor amada.

Obras publicadas
Los arrecifes de coral .....................................(poesía, 1901)
El crimen de otro ............................................. (cuentos,1904)
El almohadón de plumas .................................. (cuento, 1907)
Historia de un amor turbio .............................(novela, 1908)
Cuentos de amor, de locura y de muerte .... (cuentos, 1917)
Cuentos de la selva ............................................(cuentos, 1918)
El hombre muerto ...........................................  (cuento, 1920)
El salvaje ............................................................ (cuentos, 1920)
Las sacrificadas .................................................(teatro, 1920)
Anaconda ..........................................................   (cuentos, 1921)
El trípode llamado Chenque .........................   (cuentos, 1921)
El desierto ......................................................... (cuentos, 1924)
Los desterrados ................................................ (cuentos, 1926)
Pasado amor .....................................................   (novela, 1929)
Suelo natal .......... (libro de lectura para cuarto grado, 1931)
Más allá .............................................................   (cuentos, 1935)
El sillón del dolor ...........................................    (cuentos, 1937)
La gallina degollada .......................................    (cuentos)

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