A
pesar de los pesares, la gente, las personas, ocupan su lugar. Unos destacados;
otros, ni que hablar. Creer que somos iguales, puede ser una vulgaridad, más en
los tiempos que corre, esto sería una gilipollez como otra más,
Creer
que somos iguales, ni en singular, ni en plural, nos entrará, ni nos querrán
solo mira las calles,
¿Qué
ve? ¿La igualdad? —Jajajajajajajajajajajajajaja
Venga,
no me des el timo. Ni ahí hay igualdad y menos en toda la sociedad. Cada uno,
es un grupo, al que no te deja entrar, si crees que dorándoles la píldora que te
dejarán pasar, no seas gilipollas, pues bufón los eres para altar.
Créeme,
no te desilusiones, nos es para ello o para otro, que todo da igual. La
igualdad no es para el pueblo, ni para los marginados (para ahorrar, no ponemos
“ni para”. Es mejor darlo por puesto y léelo así, para que veas también la
igualdad), …los desfavorecidos, …los desahuciados, …los aburridos, …los no
queridos, …las y los maltratados, …los empleados, …los explotados, …los
emigrantes o inmigrantes, …en definitiva, …cómo ves, …para la gran mayoría
discriminada, …apartada, …despreciada.
Te
contará y te dirán que hay igualdad, que la ley lo contempla, que La Constitución
—todavía— más. Creyéndote igual, iras a sus sitios, a sus clubs, asociaciones,
federaciones, grupos, empresas, barrios, incluso ciudades, a pesar de los pensares,
de lo dicho, escrito, hablado, publicitado, editado, hasta grabado y firmado;
no te querrán y te marginarán. Si todavía no lo estás. ¿Sigues creyéndote
igual?
Los
programas de los políticos, sindicalistas, artistas, cantantes, actores, famosos,
famosillos, solo te querrán por y para sus bolsillos. Unos para que los votes;
otros, en cambio, para que acudas a sus eventos, para que los veas, los
sientas, los quieras, se sientan amados, no desde cerca, sino desde lejos,
cuanto más lejos estés tú y tus miserias de ellos, más seguros y “a gusto” se
encontrarán. Mira las redes sociales, cuantas más visitas tienes más famoso o
famosillo se siente, se creen, se hacen. No te creas igual, ni ellos lo creen
ni lo quieren.
Cómo
dicen los de abajo, queriéndote tú, te quiere la mejor persona. Esto es una
realidad, porque no hace falta ni pensar, ni decir, ni querer, ni publicitar; incluso,
ni propagar, que tú eres igual a ti mismo, de verdad.
Siempre
se dice, se cree, que porque te den la mano eres un igual. Que falsedad. Míralos
hoy las manos al estrechar, con guantes de lates te abrazan, te estrechan. He ahí
la igualdad. Pero no te olvides el guardar las distancias, que se te pueden
enfadar y contaminar.
El
pueblo abajo, en el barrizal. Por aquello de la igualdad. Ellos, arriba, en la
cresta, para que no se puedan infectar. He ahí, otra vez, la igualdad.
bayekas
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