Carta
de una cuidadora de ancianos: “Nunca olvidaré su cara de miedo y tristeza”
(10.05.2020)
Una
auxiliar de enfermería, que está aislada de su familia tras contagiarse
de la Covid-19 en la residencia donde trabaja, relata las inquietudes de las personas mayores
de la Covid-19 en la residencia donde trabaja, relata las inquietudes de las personas mayores
La
Vanguardia (KERLY BURGOS, BARCELONA 15/04/2020)
Soy
auxiliar de enfermería. Tengo 33 años, vivo en la provincia de Barcelona y les
voy a contar un resumen de mi historia.
El
13 de marzo se cerraban las puertas de acceso y salida de la residencia donde
trabajo: desolada, vacía y triste, así se veía sin las visitas de familiares.
Al
siguiente día, nos dieron mascarillas quirúrgicas para trabajar, cambiaron los
protocolos (uso de gel desinfectante y lavado frecuente de manos).
Aparecieron
los primeros abuelos con síntomas y se nos dijo de tratarlos como posibles
portadores de coronavirus. Conforme fueron apareciendo los síntomas fueron
apareciendo los EPIS, a cuentagotas. Habitaciones de aislados y poca
protección.
Nunca
olvidaré sus caras de miedo, de tristeza, y sus preguntas:
—
“Dime la verdad, ¿qué tengo?”
—
“¿Es muy malo?”
—
“¿Yo tengo el virus?”
Y
salir al primer rincón y echarme a llorar, por no poder explicarles toda la
situación”
Un
día mascarilla, al otro día bata verde, después gafas, los trajes de buzo de
China no llegaron sino hasta el último día que trabajé y fue cuando nos
confirmaron que teníamos dos abuelos positivos de la Covid-19.
Se
nos pidió al personal que estuvimos atendiendo esas habitaciones que nos
fuéramos a casa y que pidiéramos la baja médica.
Fue
cuando comenzó mi aislamiento en casa, en una habitación sin ningún tipo de
contacto, cerca de mi familia, pero, a la vez, lejos. No puedo abrazarles y los
veo solo por videollamada.
Tengo
dos niños, de 7 y 1 año, al que desde la habitación puedo escuchar como dice
“mamá”, empieza a dar sus primeros pasos y yo no estoy a su lado para verlo”
Nos
realizaron el test y como era de esperar salió positivo. A día de hoy llevo
trece días aislada y aquí estoy contando los días para poder abrazar a mi
familia.
Todos
esto es muy triste. Pensar en mis hijos y mi marido, si estarán contagiados, en
mi familia en Ecuador, en los abuelos que se quedaron en mi trabajo solos y
asustados.
Nada
volverá a ser igual. Sé que nos han ido dejando y que su último suspiro lo dieron
en soledad.
https://www.lavanguardia.com/participacion/cartas/20200415/48503696185/carta-cuidadora-ancianos-residencia-miedo-tristeza-cuarentena.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario