Buen
Humor (Madrid) 14.01.1923
Para
tomar parte en este concurso, es condición indispensable que todo envió de
chistes venga acompañado de su correspondiente cupón y con la firma del
remitente a pie de cada cuartilla, nunca en carta aparte» aunque al publicarse
los trabajos no conste su nombre, sino un seudónimo, si así lo advierte el
interesado.
Concederemos
un premio de DIEZ PESETAS al mejor chiste de los publicados en cada número.
Es
condición indispensable la presentación de la cédula personal para el cobro de
los premios.
¡Ah!
Consideramos innecesario advertir que de la originalidad de los chistes son
responsables los que figuran como autores de los mismos.
Un
estudiante entra en una tienda de comestibles y hace al tendero el siguiente pedido:
—
A ver, póngame usted dos kilos de azúcar de 1,25 el kilo, ocho kilos de arroz de
1,20, cinco litros de aceite de 2,10 y siete kilos de chorizo de cinco pesetas.
Una
vez el pedido encima del mostrador, el estudiante pregunta:
—
¿Qué importa el pedido?
EL
TENDERO (después de hacer la cuenta). — Cincuenta y siete con sesenta.
—
Muchas gracias — responde el estudiante—; ya tengo resuelto el problema para
presentarlo en clase.
A.
AÑUDRO, - Madrid.
Dos
marineros hablan de la crítica situación marítima. Uno de ellos dice:
—
Ahora que me acuerdo, ¿tú no tienes un vapor que se llama Dávila?
—
SI, tengo.
—
Entonces, ¿tú quieres hacerte rico?
—
Hombre, eso ni se pregunta.
—
Bueno; pues... tú ya sabrás que las mejores alubias son las del Barco de Ávila,
¿no es eso?
—
Cierto; pero ¿qué tiene que ver eso con...?
—:
Pues sí tiene que ver. Tú compras unas judías baratas, las llevas al buque, y
allí te haces rico, porque las vendes ¡como alubias del barco Dávila!
GARROTÍN.
— Vigo.
—
¿Qué guardias son los que gastan menos para comer?
—
Los guardias civiles de caballería, porque se mantienen encima del caballo.
COLASA.
— Bilbao.
—
En un departamento del expreso se apaga la luz, y los viajeros no quieren
seguir a oscuras. ¿Cuál será el mejor remedio?
—
Pues tirar las maletas por la ventanilla, porque cuantos menos bultos, más
claridad.
EDUARDO
ORTIZ.— Manzanares.
—
¿En qué se parecen los mozos de cuerda a los partidos de foot-ball, carreras de
caballos, de motos, etc.?
—
Pues en que son de...-portes.
JUAN
DOMÍNGUEZ (CHARLOT).
Un
pescador, al llegar a su casa, dice a su mujer:
—
Vengo contento porque traigo mucha y buena pesca. Hay un pez hermosísimo que
pesa kilo y medio. Guárdalos, y ten mucho cuidado no se vaya a acercar el niño.
—
¿Por qué?
—
Porque he oído decir que <el pez grande se come al chicos.
JULIO
SANZ. — Madrid.
¿En
qué se diferencian dos montones de sardinas, uno que tiene dos y otro que tiene
muchas?
—
En que el primero está formado por sardinas de la mar y el segundo por la mar
de sardinas.
Míster
WAYA-WAIS.
—
¡Bueno! A mí no meterme en ese asunto; yo me lavo las manos, como Heredes.
—
Como Pilatos, querrás decir...
—
¡Como Herodes!... ¡A ver si crees tú que Herodes no se lavaba las manos!...
COLASA.
— Bilbao.
Lección
de Geografía.
EL
PROFESOR. — Ya os tengo dicho que isla es una porción de tierra rodeada de agua
por todas partes. Figuraos una fuente llena de agua, y un poco de pan en medio.
¿Qué es esto?
EL
SEÑOR PÉREZ. — Sopas.
N.
TORRECILLAS. — Barcelona.
Culinaria.
—
Desengáñate, que, si nos sirven la sardina en escabeche, está riquísima; si la
rebozan con huevo, está para comérsela; si ponen a nuestra disposición una
porción de ellas, rellenas de jamón, no dejaríamos ni una.
—
Todo eso está bien; pero hay que convenir en que la sardina como mejor está es
en el agua. Y si no, que se lo pregunten a ella.
Juliio
SANZ. — Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario