Lo acabo de entender hasta yo (Facebook) (24.05.2020)
Texto
del catedrático Agustín Estrada Peña Universidad de Zaragoza.
Mejor
explicado, imposible. Vale la pena leerlo.
"Queridos conciudadanos de la cacerolada de las 9:00 PM:
Pretendo escribir unas líneas a vosotros, los que hasta hace un mes erais expertos entrenadores de fútbol, a la par que avezados especialistas en mecánica de coches, y en las últimas semanas sois expertos en pandemias. A vosotros, quienes no tenéis ni idea de qué es R0, pero lo manejáis con soltura mientras la familia cena. A vosotros, que no sabéis distinguir entre letalidad y mortalidad, pero no os importa, porque lo verdaderamente serio es mostrar la indignación de la ciudadanía.
¿Por
qué el gobierno ha actuado tarde?
Por
la economía. Si se cierra un país a todo tipo de actividad económica porque hay
cuatro personas que tosen mucho, y nada más, la caverna mediática hubiera
condenado a los responsables con el estigma de “quieren destruir el país”. Se
esperó hasta que se comprobó que, realmente, la cosa iba en serio y que había
que tomar medidas. Hubo en momento en que los datos pintaron realmente feos, y
ahí (tarde) se comenzó a actuar. Se actuó tarde por dos razones. La primera
porque es un nuevo virus. Aunque seáis expertos en pandemias, no tenéis ni idea
de qué son los segmentos S, M, y L de un virus y cómo se recombinan. No os lo
voy a explicar aquí, pero debéis de saber que aparecen virus nuevos de los que
no tenemos ni idea de cómo funcionan. Es como si estáis en el bosque y no sabes
si estáis viendo enfrente de vosotros un mirlo o un feroz oso. No sabéis cómo
se comporta. Mejor esperar a ver qué hace. Y eso hicimos.
La
segunda es porque los chinos mintieron. Desde el principio. Esto sí que os lo
voy a explicar por qué es adecuado para los especialistas en pandemias. Desde
aquella epidemia de SARS en China, existe un sistema de vigilancia temprana y
de alerta rápida en el país. Cada vez que se detecta un caso de neumonía
“extraña” se debe comunicar a Pekín (perdón, Beijing). Pero eso acarrea ceses
fulminantes y esas cosas de los chinos, y los responsables de sanidad de Wuhan
decidieron que estaban mejor callados. Hubo un día que se les fue la cosa de
las manos.
Os
diré que el primer caso declarado es de finales de noviembre de 2019, por lo
que el virus, con lo que sabemos hoy, podía estar circulando ya entre agosto y
septiembre. La comunidad científica admite hoy que todas las cifras de
infectados y fallecidos son falsas. Se ha calculado comprobando el tiempo que
han funcionado las incineradoras de Wuhan en los últimos meses. Es decir,
estábamos ciegos ante lo que nos venía.
¿Por
qué hicimos mal el cierre de fronteras?
Porque
es un virus diferente y no sabíamos que estaba ya “dentro”. Como sois
especialistas en pandemias (reconvertidos de entrenadores de fútbol) podéis
consultar nextstrain.org/ncov y comprobar que la introducción del virus se
produjo en Europa en algún momento de Navidad, procedente de Shanghai, con
dudas acerca de si fue en Reino Unido o en Islandia. Sí, Islandia, la gente
también viaja allá. Navidad. Vosotros estabas discutiendo con el cuñado
mientras ese virus entraba y luego os daría mucho juego de conversación con la
familia. Pensadlo otra vez: Navidad. Aquí empezamos a preocuparnos en marzo,
cuando el virus se había amplificado y nos dimos cuenta.
¿Por
qué no hemos hecho pruebas rápidas?
Antes
que nada, todos estáis manejando las siglas PCR como si fueran algo normal en
vuestras vidas. Debéis de saber que en condiciones óptimas una PCR suele llevar
unas 4 horas de tiempo y costar unos 40-50€. El hecho de que se estén
realizando unas 20.000 diarias en España (a día de ayer, 5 de abril) os dará
una idea del esfuerzo. Si además os cuento que un termociclador (permitidme que
introduzca una palabra nueva a los expertos en pandemias, pero es el cacharro
que se usa para hacer una PCR, no sirve la sartén de vuestra casa) cuesta unos
10.000€, os daréis cuenta del esfuerzo.
Todos
estáis hablando de las “pruebas rápidas” (me niego a llamarlas “tests”, yo
escribo en castellano) pero aún pensáis que se trata de una especie de magia
que apunta a un individuo y aparece una luz roja. Pues no. Hay dos tipos. Una
intenta detectar los antígenos del virus. En otras palabras, el método intenta
encontrar si hay proteínas del virus en una persona. Pero el Centro Nacional de
Microbiología comprobó que la sensibilidad era de un 30%. Es como si en un
control de alcoholemia de la Guardia Civil se escapa el 70% de los borrachos.
¿Verdad que no sirve para nada? Por eso se devolvieron. Pero, claro, el
Ministro es un torpe. Después se ha venido trabajando con pruebas que permiten
conocer si una persona ha desarrollado inmunidad al virus. ¿Para qué? Ahora
sabemos que antes de que una persona desarrolle inmunidad, puede llevar 5-7
días transmitiendo el virus. Estas pruebas nos dirán quienes han estado en
contacto con el virus. Estas pruebas rápidas nos darán datos acerca de la
infección intra-domiciliaria. Poco más.
¿Por
qué es distinto este virus, por qué no hay respiradores?
Sabemos
hoy que el virus se multiplica en la garganta a niveles simplemente brutales.
En aproximadamente un 30% de las personas (pero también hay diferencias genéticas)
el virus puede pasar al pulmón. No sabemos por qué, pero las células que se
encargan de nuestras defensas, al ver la inmensa carga vírica, sueltan toda la
artillería. Un gin-tonic está bien, pero ocho son demasiados. Aquí pasa lo
mismo. Los enfermos graves lo están porque su sistema inmune se ha pasado de la
raya.
Oh,
los respiradores. Vale, os lo explico. Seat, Ford, Volkswagen fabrican coches
al ritmo que saben que se van a vender. Lo mismo con los respiradores y las
mascarillas. La fábrica produce sus artilugios al ritmo que se van a vender, y
no invertir más dinero en cosas que no tienen salida. Yo no puedo ir a Seat y
decirles “mañana quiero 30.000 coches”. No se pueden hacer. Pues es lo mismo.
Pero, claro, el ministro de Sanidad es un torpe porque así lo han decidido los
ex-entrenadores de fútbol.
¿Y
qué hay de los modelos?
Mi
frase favorita es la de un premio Nobel de Economía, quien dijo “si torturas
suficientemente a los datos, puede que terminen confesando”. Quienes hayan
leído los informes del Imperial College (lo que proporciona un grado supremo de
Experto en Pandemias) habrán constatado que en España “debería haber” entre 2 y
20 millones de infectados. Vamos a volver a leerlo. Es como si vas a la
frutería y preguntas por el precio de los tomates. Y te contestan que están
entre 2€y 20€ el kilo. Eso ha hecho el Imperial College. Quien crea ciegamente
en eso acaba de obtener el diploma de pajero mental supremo. Repito, no tenemos
ni idea acerca de cómo funciona este bicho, y nuestras estimaciones solo eso
estimaciones algo laxas.
¿Qué
va a pasar?
No
lo sé. Si lo supiera ya sería entrenador de fútbol. Pero pienso que la
humanidad va a tener una pandemia que se extenderá por todo el planeta, que
todos nos acabaremos infectando y que quizás (o no) tengamos inmunidad o se
convierta en una vacuna que haya que incluir todos los años en el calendario
vacunal. Aquí tengo dos cuestiones. La primera, que nadie piense que una vacuna
se hace en un mes. Cuando empiecen a morir voluntarios en las pruebas vacunales,
también criticaréis la vacuna y lo demostrareis con otra cacerolada. La
segunda, pensad en África y en América. Allí no hay una sanidad como en Europa.
Vamos a tener olas de infección secundaria y terciaria por un largo tiempo. Es
lo que tienen las pandemias. Pero eso ya lo sabíais, expertos en pandemias.
Espero
que, con estas explicaciones simple, aptas para ex-entrenadores de fútbol, os
lo penséis dos veces antes de la siguiente cacerolada. Un comentario final: el
Capitán “a posteriori” es un personaje que ya existe en South Park. La mayoría
de vosotros sois capitanes “a posteriori”, y no ayudáis. Quizás vuestros hijos
queden impresionados, nada más."
Profesor
Agustín Estrada-Peña
Dept.
of Animal Health, Faculty of Veterinary Medicine Universidad de Zaragoza
http://patologiaanimal.unizar.es/personal/agustin-estrada-pena
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