Una historia de terror (Facebook) (24.05.2020)
Un hombre se encontraba parado a la orilla de la carretera en medio de una obscura y tenebrosa noche mientras caía una gran tormenta... Sucedió en la madrugada un 31 de octubre “noche de brujas" más o menos a dos kilómetros del cruce de una vía que conducía a dos pequeños poblados.
Pasaba
el tiempo y el clima se ponía peor, y aun así los pocos vehículos que pasaban
no se de detenían por más señas que les hacía. La lluvia era tan fuerte que
apenas nuestros personajes alcanzaban a ver, unos tres metros de distancia. De
repente miró, como un extraño coche se acercaba lentamente y al final se
detuvo. El hombre sin dudarlo se subió al coche, por lo precario de la situación,
y cerró la puerta. Voltio su mirada y con asombro se dio cuenta que nadie
manejaba el coche. Entonces, el coche arrancó suave y pausadamente. Aterrorizado,
se da cuenta con horror, que adelante había una curva.
Mojado
hasta los huesos, él se siente totalmente congelado. Asustado comienza a rezar,
implorar por su salvación al advertir su trágico destino. El hombre no había
terminado de salir de su espanto, cuando justo antes de llegar a la curva, una
mano tenebrosa entra por la ventana del conductor y mueve el volante
lentamente, pero con firmeza.
Paralizado
del terror y sin aliento, cierra sus ojos con más fuerzas y se aferra al
asiento e impotente, mientras la tormenta aumentaba con más fuerza. Nuestro
asustado personaje, sacando fuerzas donde ya no quedaban, se baja del coche y
se va corriendo hacía el pueblo más cercano. Todo tembloroso y empapado se
acercaba a una fonda que se percibe a lo lejos.
Entra
y a pesar de la hora, pide dos tragos dobles de aguardiente y temblando les
comienza a contar lo sucedido a los pocos contertulios que hay, la horrible
experiencia por lo que acaba de pasar...
Se
hizo un silencio casi sepulcral. Ante el asombro de todos los presentes. El
miedo asomaba por todos los rincones del lugar. En unos minutos más se
presentaron dos hombres más totalmente mojados,
y molesto le dice uno al otro.
—Mirá
Juan, allá está él HP que se subió al coche cuando lo veníamos empujando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario