Osvaldo
Vázquez está orgulloso de haber empleado su dinero en un proyecto clave para la
ciencia, la sociedad y nuestro planeta
La
Reserva Natural Privada La Coral (Misiones, Argentina) es un paraíso que el
jubilado Osvaldo ha comprado con sus últimos ahorros. Su objetivo no es otro
que preservar esas 100 hectáreas de selva que forman parte del llamado Corredor
Verde Misionero, uno de los ecosistemas con más variedad animal y vegetal de
toda Latinoamérica, para evitar que algún empresario maderero las invada y las
arrase por un mero interés económico.
El
valor ambiental de este lugar es incalculable
Pero
Osvaldo no está solo en este ambicioso proyecto ecológico. Hace cuatro años
creó la iniciativa "Juntos por la selva", en la que participan un par
de amigos. Todos compraron trozos de selva para conservarla y juntos intentan
animar a más personas a que lo hagan, aunque reconoce que es muy difícil.
La
gente me pregunta por qué invertir en conservación, qué gano, como si la tierra
que no se destina a producir algo no sirviera", se lamenta.
Por
el momento, este jubilado ni se plantea crear un proyecto ecoturístico en su
propiedad, entre otras cosas, porque ya se gastó todos sus ahorros. ·Conservar
es lo mínimo -insiste-
En
mis 100 hectáreas puede haber hasta un millón de plantas y en solo cuatro días,
un especialista descubrió cinco insectos nuevos para la ciencia, especies que
no existía. La diversidad que tiene este lugar es de un valor ambiental incalculable".
Las
tres reservas privadas "amigas" de Misiones son custodiadas por un
guardabosque que vigila que no haya furtivos en ellas, otra de las grandes
lacras de dicho territorio.
El
Gobierno les permitió comprar los terrenos precisamente para que utilizasen las
propiedades con fines de conservación o dándoles usos sostenibles. ¿Y qué mejor
que dejar que una selva crezca salvaje sin interferencias humanas?
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