(circunstancial,
directo, indirecto)
El
gilipollas nacional, autor Francisco Pérez Valero
Si
ves que tu vida peligra
dando
la mano a un gilipolla,
bébete
rápido la pócima
de
tomate, ajo y cebollas.
Pues
despedirás tal hedor
que
ahuyentaras sin cautela
al
virus, al gili, a su hacedor
y
al resto de parentela.
Si
evitar quieres el contagio
de
un gilipolla contaminado,
lanzándole
mensajes por radio.
Usa
con bastante precaución
lo
que el gili ha tocado,
pues
te expones a la contaminación de un virus disfrazado
No hay comentarios:
Publicar un comentario