Mi
querido amigo, hoy te escribo a ti para decir...
Desde
mi rincón donde reina la paz, la serenidad y la tranquilidad, te escribo, no
para saber de ti, pues entiendo por tu silencio, ese que indica, que se hace
notar, que estás perfectamente, o más que eso, que estás
"cojo-nuda-mente", perdona por esta palabra tan brusca, pero es que define
con toda seguridad tu estado interior como exterior.
Sé
qué hace tiempo que no contactamos, unas veces por ti, las otras por mí, en
definitiva, qué uno por el otro y la casa sin barrer, o lo que es lo mismo, por
ti o por mí las palabras se quedan sin decir. Es lamentable, pero es real como
la vida misma.
He
puesto "la vida", que barbaridad, esa que separa más que une en las
cortas distancias, esa que nos dice que el tiempo es bien corto, cuando en
realidad es sólo tiempo, ni corto ni largo, ya que el tiempo solo es eso, un
cúmulo de segundos, minutos, horas, días, semanas, meses y años. Si lo miramos
bien, puede ser corto cuándo no hay ganas, de ahí que nos falte tiempo para
contactar; o pude ser largo, de ahí también, que tengamos pocas o muy pocas
ilusiones de ponernos en contacto por uno u otro medio.
Cómo
ves, no es el tiempo el que lo marca, es la desidia, la dejadez, la falta
de..., la creencia de..., en definitiva, el no querer. Eso es lo que lo indica,
lo demás es puro cuento para justificar algo que no tiene pies ni cabeza.
Nunca
se tiene ese hueco para contactar, ¿el por qué? Cada uno bien lo sabe, otra
cosa es que nos hagamos los ignorantes para quedar bien con nosotros mismos no
con los demás.
Querido
amigo, dicen que el tiempo lo borra todo, pero eso es incierto, el tiempo lo
incrementa, lo hace claro y transparente como el agua. El tiempo es un viento
que destapa realidades y borra los sueños dejando claridad, claridad de alma y
ser, de espíritu y amistad, de ser y estar, de mentiras y verdades. El tiempo
es una puerta que se abre y deja ha descubierto la hipocresía de la persona. El
tiempo es eso más.
Ese
tiempo nos marca un principio y un final, el inicio de una supuesta amistad o
el fin de lo que es en realidad. Nada es igual, o como creemos que puede seguir
siendo, cuando en realidad fue sólo pasado, ya que no es ni presente ni futuro,
solo fue un ayer, que hoy no continúa.
Sólo
queda por poner unas palabras en forma de cuento de un hombre sabio —a su
discípulo—, que tuvo y hoy no tiene tiempo, pero si ha incrementado en
sabiduría, y dice así:
Después
de mucho meditar, el discípulo se dirige a su mentor, preguntándole,
—Maestro.
¿Qué es un amigo?
El
mentor le contesta. —Amigo es sólo una palabra que no define a la persona a la
que va dirigida, a la que hace mención o menciona, pues amigo es aquél al que
no ves, pero sientes; al que no escuchas por la lejanía, pero si le oyes; al
que echas de menos en las distancias cortas, en las lejanas lo sientes cerca;
amigo es aquél que cuando está lejos lo llevas dentro, cuando está cerca estás
contento, amigo es aquél que ha estado, está y estará, hasta cuándo tú no
estés.
Y,
para terminar, mi querido discípulo. —Amigo no es aquél que dice ser, sino que
lo demuestra cada vez. Muchos hablan cuándo ponen, pero lo joden cuando
dispone.
Espero
mi joven discípulo, que con esto te quede bien claro el tema.
bayekas
No hay comentarios:
Publicar un comentario