Carta
de Abraham Lincoln al profesor de su hijo (13.03.2020)
Estimado
profesor:
Mi
hijo tiene que aprender que no todos los hombres son justos, no todos son verdaderos,
pero por favor decirle que para cada villano hay un héroe que, para cada
egoísta, también hay un líder dedicado.
Enséñele
que, para cada enemigo, allí también habrá un amigo.
Enséñele
que es mejor obtener una moneda ganada con el sudor de su frente que una moneda
robada.
Enséñele
a perder, pero también para aprender a disfrutar de la victoria, háblele de la
envidia y sáquelo de ella, dele a conocer la profunda alegría de la sonrisa
silenciosa, y a maravillarse con los libros, pero deje que él también aprenda
con el cielo, las flores en el campo, las montañas y los valles.
En
las bromas con amigos, explíquele que más vale una derrota honrosa que una
victoria vergonzosa.
Enséñele
a creer en sí mismo, incluso si está solo frente a todo el mundo.
Enséñele
a ser suave con los gentiles y ser duro con los duros, enséñele a nunca entrar
en un tren, sólo porque otros entraron.
Enséñele
a escuchar a todos, pero en la hora de la verdad, decidir solo, enseñarle a
reír cuando esté triste y explíquele que a veces los hombres también lloran.
Enséñele
a ignorar las multitudes que claman sangre y a luchar solo contra el mundo, si
piensa que es justo.
Trátelo
bien, pero no lo mime, ya que sólo en la prueba de fuego se sabe que el acero
es real.
Déjelo
tener el coraje de ser impaciente y a tener coraje con la paciencia.
Trasmítale
una fe sublime al creador y fe también en sí mismo, porque sólo entonces puede
tener fe en los hombres.
Sé
que le pido mucho, pero vea lo que puede hacer querido profesor”.
Abraham
Lincoln, 1830
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