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miércoles, 4 de marzo de 2020

Siempre hay tiempo para mejorar


Siempre hay tiempo para mejorar

Siempre hay tiempo para mejorar, sacar lo bueno que tenemos dentro, incluso mostrar a todos lo que somos y hacemos.

Cuándo hacemos hacia lo demás, si lo realizamos en positivo, estamos invitado a todos aquellos que nos ven, que están con nosotros, a ser mejor de lo que son en realidad.

Cuándo hablamos, no hace falta buscar bonitas e impresionantes palabras, sólo es necesario hablar con nuestro lenguaje corriente, lo demás sería engañar. Siendo como somos, pronunciando y hablando como lo hacemos corrientemente, a diario, estamos consiguiendo con ello, que los demás escuchen nuestros pronunciamientos, nuestras razones y razonamientos a la hora de exponer aquello por lo que le estamos solicitando su atención.

Con todos esto, demostramos lo que somos y, lo que queremos que vean de nosotros, nuestro interior, esto hace que, todos aquellos que oyen nuestras palabras mejoren sus actitudes hacia todos los que les rodean.

He ahí, cómo estás mejorando todo lo que está a tu alrededor, además, invitando a todos aquellos que te escuchan a dar todo lo bueno que tienen dentro de sí.

En ese sentido, cuando tú a diario te superes a ti mismo, estarás logrando que los demás te acompañen en este menester.

Ser como uno es, una vez que uno ha visto como es, es ser grandioso con uno mismo. Esto es una manera de superación.
bayekas

Seguidamente ponemos una sabías palabras del gran autor espiritual y personal, Ramiro A Calle. Con ellas te darás cuenta lo fácil que es superarse así mismo.

Gracias por tu tiempo amigo.

El dominio de la palabra
(Por Ramiro A Calle)

El dominio de la palabra es muy importante. Con ellas podemos arruinar muchas vidas, generar mucha desdicha, sembrar discordia, crear alteraciones y malentendidos, difamar y calumniar, en suma, no sembrar sosiego, sino insuperables tensiones. El que aprende a controlar las palabras no es dado a engañar a sabiendas ni a adulterar los hechos, ni se pierde en chismorreos de comadres, ni utiliza las palabras con acritud o despotismo; no es mordaz al hablar, evita la ironía hiriente, no censura por censurar, no difama, no se extravía en términos violentos o groserías, no incita con sus palabras a crear conflictos y equívocos entre las personas. Habla con precisión y cordura, se ajusta a los hechos, utiliza palabras cariñosas y amables, siembra concordia con sus sabías frases y sabe hallar la palabra amorosa para ayudar a otros.

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