Aquí
comienza un nuevo cuento de la realidad (16.03.2020)
Aquí
comienza este cuento que se basa en la realidad, no se sabe si la nuestra o la
de los demás, pero como estaba previsto, el cuento se desarrolla según está
escrito. Eso es lo que hay que tener siempre presente.
Cómo
era de esperar, el virus está aquí propagándose sin pagar. Ese es nuestro problema, también el que nos
podemos contagiar, si no ponemos los medios que están para aislar.
En
ese sentido señores, el material, las empresas lo han de facilitar, pero como
cuesta algún dinero, locos se hacen para no tener que soltar.
El
otro día señores, vi a un vigilante, que vigilando estaba para que los malos no
cometan delitos, y de paso, proteger a la gente de bien, un poquito.
Éste
es un caso señores, el otro como sabrán, ante este virus maldito te has de
proteger por lo que pueda pasar. A las empresas les cuesta dinero el facilitar
mascarillas, guantes y todo lo demás, cómo no están dispuestas a soltar ese
dinero, los vigilantes jodidos están, ya que ven el virus de frente y les puede
afectar, además de contaminar.
Vamos
vigilante, suéltate el miedo por una vez en la vida, que si la empresa no
suelta el dinero para comprar mascarillas, cómo estás siempre el primero, el
virus te lo vas a tragar.
De
nuevo, te digo a ti vigilante, que te protejas del virus, tu salud es lo
primero, y no digamos la de los demás, que la empresa no suelta las pasta en un
instante, las mascarillas te han de faltar, de ahí que tú enfermes, incluso la
muerte vendrá, pues tú a no trabajar, y sobre todo, a protestar, que eres el
primero que te puedes contaminar.
Deja
el miedo que te ateza a esos viles patrones, que mientras se forran los riñones,
tú fatal lo has de pasar. Mientras ellos acumulan dinero, te puedes tu enfermar.
De ahí que tú o el miedo a ti no te salvará. Si entiendes estos primero, lo
demás es coser y cantar, pero ten siempre en cuenta que, lo te ha de proteger
las empresas te lo han de facilitar.
Y
para finalizar, como reza ya la historia, solo pondremos. Todos a una, como
Fuenteovejuna, al virus le venceremos y en un ataúd le enterraremos.
bayekas
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