El Nuevo
Quijote 25.06.1877
Es
curioso el siguiente bando de la Sublimo Puerta:
«Algunas
mujeres turcas, olvidadizas de su propia dignidad, se pasean en las calles y en
los bazares ataviadas con vestidos poco conformes a los usos y reglamentos
establecidos.
En
lugar de que sus ferediés sean de un color sério y uniforme, ostentan los
colores más vistosos y variados. Sus yachmaks, lejos de ser de una tela tupida,
son de la más ligera gasa. En lugar de llevar sus pies calzados con la antigua
y sencilla babucha amarilla, los aprisionan en tan ridículo como incómodo
calzado a la francesa. Situación tan irreverente a que las damas turcas han
llegado, debe desaparecer sin pérdida de tiempo.
En
su consecuencia, de orden de S. M. el sultán, se han tomado las medidas más
severas para evitar que la vista de tan escandaloso espectáculo aflija a las
gentes honradas.
Al
efecto, por el ministerio de Policía se han nombrado mussetichs (agentes
secretos) que ejerzan una especial vigilancia en calle» y bazares.
Todo
agente que encontrare a una dama turca paseando en Sofdji-han, Tchicout, etc.,
o que la vea entrar en almacenes de cualquier clase, yendo en trajes de moda
ilegal, estará, obligado a informarse por los criados de la dicha dama, de su
nombre y domicilio; en caso de que vaya sola, la seguirá de lejos hasta su
casa, donde tomará los citados informes.
Tan
luego como el ministerio de la Policía se halle informado por el agente del
nombre de la delincuente, se apresurará a dar aviso a su familia, invitándole
al mismo tiempo a no dejarla salir más sin el vestido reglamentario.
Toda
dama turca que, después del primer aviso, sea cogida en reincidencia del uso de
vestido ilegal, será condenada a una multa.»
Aquí
no se nos ha ocurrido todavía declarar ilegítimos los trajes.
Seguimos
en el capítulo de la cartilla.
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