Lo
veo todo negro (24.04.2020)
La
cosa empieza así, “Lo veo todo negro”. Cuándo le oí decir eso, me quedé
mirándole. Yo no soy muy inteligente, creo que soy más bien del montón. Que quede claro, que no me lamento —en absoluto— de ello. También, que no tengo unos estudios que sobresalgan, de la misma manera que antes, estoy en la media.
mirándole. Yo no soy muy inteligente, creo que soy más bien del montón. Que quede claro, que no me lamento —en absoluto— de ello. También, que no tengo unos estudios que sobresalgan, de la misma manera que antes, estoy en la media.
Pero
lo anterior no quita, para que me le quedará mirando, sin pensarlo más, me tomé
cierta libertad para decirle:
—¡Abre
los ojos!
Así
de simple, directo y sincero, además de claro.
El
después de un rato, me mira y me lanza una pregunta contundente.
—¿Por
qué me dices eso?
Le
estaba esperando, no me escondí; ni menos, eludir la respuesta, por lo que tomé
la lanza que me acababa de mandar, y sin más, intenté responderle con
argumentos.
—Sí,
hombre. Abre los ojos. Mira a tu alrededor, está la vida, la verdad. Escucha,
oye, como la verdad te habla, recógela con tus pabellones auditivos. Abre al
exterior de una vez por todas tu mente, ¿sabes que puedas pensar, discurrir,
entender lo que pasa? Haz uso de tu habla, y por medio de ella, pregunta las
veces que sean necesarias, de esta manera podrás aclarar tus dudas, tus
incertidumbres. No lo dudes. Habla, pregunta, disipa tus dubitaciones.
Es
la hora y el momento de que no veas lo que lo demás quieren que veas, de ahí
que abras los ojos para ver la realidad, no la de los demás, la tuya, la que
tienes ante tus ojos.
Es
el momento, también lo es para que pienses con una mente abierta, no lo que los
demás te están lanzando continuamente, no hace falta que lo rechaces de
antemano, pero piensa, medita por ti mismo todo lo que te digan, ellos pueden
que no lleven razón, que no tengan la verdad. Es tu oportunidad de pensar, de
ser tú.
Escucha,
retén lo que te digan, pero no porque ellos te la digan lo tienes que hacer,
piensa —una vez escuchado y retenido— lo que te han dicho, desmenúzalo en tu
mente, busca algo de verdad si la hay, sino es así, desecharlo. Tienes el don
de discurrir.
Para
terminar, no porque te hablen, tú tienes que callar. Haz uso de tu voz, háblales,
pregunta por medio de tu voz. No importa que te excedas en preguntar, es mejor
eso que quedarte corto en la indecisión. Busca y por medio de tu habla has tus
preguntas, eso te dará seguridad, certeza, sobre todo. Por el hecho de que
ellos te hablen no tienen por qué tener razón ni verdad.
He
ahí, el por qué te he dicho que abras los ojos, además de tu mente, oídos y
voz. Tú eres humano a la par que ellos, por eso puedes discurrir, buscar la
verdad, no tiene por qué ser la tuya ni la de los demás, puede ser la verdad de
todos, esa es la verdad absoluta, la verdadera.
Por
favor, haz uso de tu inteligencia, sé que la tienes.
Un
saludo,
bayekas
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