Otra
vez tú me llamas, me mandas mensajes por WhatsApp, e intentas que
te conteste. Ya no te acuerdas de lo que sucedió. De lo que dijiste. No recuerdas tu contestación, tampoco tu desprecio. Has olvidado tus palabras, el daño que me hicieron. No por lo que significaban, eso se puede perdonar, incluso hacerse uno el sordo o hacer como que no sucedió.
te conteste. Ya no te acuerdas de lo que sucedió. De lo que dijiste. No recuerdas tu contestación, tampoco tu desprecio. Has olvidado tus palabras, el daño que me hicieron. No por lo que significaban, eso se puede perdonar, incluso hacerse uno el sordo o hacer como que no sucedió.
He
intentado pasar página, ser indiferente a lo que pasó, a lo que sucedió ese
día, en ese preciso momento. Esperaba algo de ti, pero no tu desde y tu
indiferencia.
No
se puede dejar fuera el pasado, los años transcurridos, la vida, los hechos.
Sí, los hay malos y buenos, también que no dicen nada, que son de paso,
insignificantes, pero en sí, el pasado no se puede borrar ni olvidar, y menos
pasar página como si nada hubiera ocurrido, como si ese tiempo estuviera en un
espacio muerto.
No,
no se puede tener en cuenta, eso es lo que quieres, lo que dices. Per… ¡Está
ahí! Como testigo de nuestra existencia. La vida es así, una continuidad que no
se puede parar ni modificar, lo que pasó, pasó, sucedió y ya está. Eso lo que
tendremos que llevar a cuentas, encima de nosotros, es el equipaje que hemos
ido acumulando en este viaje llamado vida.
En
este viaje, en este equipaje, en esta maleta, también metemos no sólo la felicidad,
la alegría, la amistad, la confianza, la fidelidad; también tiene cabida las decepciones,
los daños, los engaños, las humillaciones, todo tiene su sitio. Lo que sucede
que, lo bueno ocupa poco espacio, pesa menos; en cambio el menosprecio, las desilusiones,
los desencantos, las contrariedades, el dolor, todo eso y más; tiene un mayor
peso, necesita un espacio inmenso, mucho más grande.
Ya
lo sabes lo hecho y dicho no tiene reparación, no se puede sustituir. De nuevo
te pongo esta palabra, “¡ya sabes!”, la amistad es una relación afectiva entre
dos personas e involucra diversos sentimientos, donde un amigo acude al otro en
busca de confianza, amor, consuelo, respeto y compañía. Nunca está, pero cuando
se le precisa siempre está presente, ocupará su sitio.
Este
no es tú caso, tú dejaste tu hueco vacío como siempre; no solo te escondite de
mí, me despreciaste, me humillante, me insultante con tus palabras. Pero bien
sabe Dios que, eso se puede, lo puedo perdonar, lo que no puedo hacerlo es que
renegaste de nuestra amistad como si no existiera, como si el tiempo no hubiera
ocurrido. Eso no lo puedo olvidar ni perdonar, la palabra amigo y su
significado siempre tiene que estar presente, eso en tu caso no sucedió.
Verdad,
amigo. La amistad no es como tú la entiendes. Hoy estoy lleno de dolor, he
perdido al que consideraba mi verdadero amigo. Hoy es solo una palabra vana,
fuera de lugar y de tiempo. Es preciso tener en cuenta con que gracilidad
usamos, otorgamos a las personas que nos rodean, que están cercas de nosotros
esa palabra “amistad”, “amigo”, más cuando verdaderamente se tiene que tener en
cuenta, ves que falla, que todo era superficial.
bayekas
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