Érase
que se era, como puede ser, en un lugar cualquiera, allí vivía un ser, al que
todos le llamaban, “Manue el Culebra”. Y tú te preguntarás ¿cómo convirtió en
culebra?
Manue
era un hombre muy rastrero, era tal su inclinación hacia esa forma de vida, que
los que le conocían le nombraban: Manue “el Rastrero”. Más él no hacía caso a
los comentarios de la calle, a la voz del pueblo llano y menos de montañas o
pendientes.
En
el trabajo, sus compañeros no le apreciaban por su comportamiento rastrero y
despreciable, en cualquier momento se le podía ver rastreándose con su lengua viperina
hacía la puerta del despacho del jefe.
Su
vileza era tal, que aparte le pusieron el alias “el Rastrero”, nadie le podía
ver, y menos hablar con él.
Un
día de vacaciones marchó, aún lugar raro y extraño, dónde por su singularidad era
escasamente visitado, además por sus rareza y malestar todo el mundo se alejaba
más y más de aquella comarca ten terrorífica, así era en realidad.
Manue
el Rastrero, allí se encontraba, su fama le predecía, era muy conocido en el
lugar por su forma de actuar. En el siniestro lugar, había un templo que lo
llevaba un brujo que practicaba la magia negra ancestral.
Sin
poderse contener por conocer el lugar, Manue rastreándose allí que va. El mago
que lo ve y le recibe, y con él se pone habla. Nada más terminar las presentaciones,
Manue el Rastrero con el mago se pone alardear, que si yo aquí, que si yo haya,
que si yo me rastreaba con el jefe para poder aumentar mi categoría laboral.
El
brujo que le escucha y no pudiendo aguantar más por su forma rastrera de hablar,
hace su brujería gritando:
Por
tu forma rastrera de comportarte, por tu reptiliana forma de moverse y por tu
lengua viperina al vocalizar, tú en culebra te has de formar.
De
pronto un halo de vapor bajo del cielo como una nube que le cubrió en su
totalidad, cuándo el vapor se hubo disipado, Manue en culebra se había
transformado.
Desde
ese preciso momento cuándo alguien le nombraba, así se presentaba, el Culebra
de Manue ahí estaba.
Cuándo
veas a alguien rastrear, recuérdale el cuento el Culebra Manue, de esta manera
se acojonará y lo dejará de hacer.
bayekas
No hay comentarios:
Publicar un comentario