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jueves, 2 de abril de 2020

A un olmo seco de Antonio Machado (02.04.2020)

A un olmo seco de Antonio Machado (02.04.2020)
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.

Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.

Poema escrito en 1912, fecha en la que Machado sufrió la muerte de su esposa Leonor. El poema tiene una cadencia muy marcada; al principio un tono muy pesimista, que se va dirigiendo a uno más esperanzador. Hay un claro paralelismo del poema con el momento vital de Machado. En este poema Machado usa muchos adjetivos, muchos negativos, marcando el carácter pesimista de los versos iniciales.

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